"Tú eres lo más lindo que me ha pasado en la vida" pensé, pero algo no me cuadró. ¿Acaso "pasaste" en mi vida? ¿fuiste solo un evento fortuito y fugaz? Estás aquí, yo estoy acá, ninguno de los dos ha pasado, ambos seguimos estando.
Cuando yo me vaya tu seguirás aquí, y yo en ti. Cuando tu te vayas yo seguiré aquí, y tu en mi. Ambos trascendemos el tiempo habitando en el otro, por lo que tuve que reestructurar mi idea.
"Tú eres lo más lindo en la vida" quedaría, pero eso aún es inexacto. Si acabo de decir que esto trasciende a la vida, y más aún, si tu me diste la vida, ¿Cómo se limitaría esto a la vida?. Además, si tomamos la vida, como mi vida, ¿Acaso no eras lo mejor antes que existiera yo?. Por razones de lógica y dilemas conceptuales de la palabra "vida", no puedo quedarme con esa frase.
Que sea "Tú eres lo más lindo" entonces, pero sería demasiado superficial. Si bien linda eres, y mucho, no es eso lo que te da el valor. Tus palabras, tus locuras, los momentos buenos y, especialmente, los malos. Todo eso ha ayudado a formar los cimientos en que he construido con laborioso cuidado, cada pasillo, habitación y callejón del laberinto de mis sentimientos. No puedo basar dicha frase solo al concepto de lindura. No si quiero expresarlo todo.
Frustrado, sigo buscando alternativas, pero nada me convence. Nunca antes las palabras me fueron tan esquivas, casi traicioneras. ¿Qué palabras debo utilizar para resumir todo lo que siento? ¿Para todo lo que hemos vivido? ¿Para lo que imagino? ¿Para lo que proyecto?
Casi rendido, me doy cuenta de que ya estaba a punto de desgranar la respuesta.
Si tuviera que resumir en una sola frase todo lo que siento, lo bueno en mi vida, la gratitud y el amor, sería fácil:
"Tú"
